En estos momentos de encierro es
donde debemos de estar en familia, compartiendo lo que nunca habíamos
compartido. Entendemos que a veces nuestra humanidad erra y en vez de unión hay
discusión, pero no podemos perder la calma, pues en aguas mansas reina la
cordura que en vez de rabia, es cuestión de desafiarte a ti mismo a ser mejor
cada día pues en la incertidumbre de este rumbo deberá existir una luz al final
del túnel. También es tiempo de reconciliarte contigo mismo examinarte y ver
también en que estas fallando, recupera de ti lo que te hace falta, Pida le
dirección a Dios y que sea él quien te ayude, te ilumine, Así podrás solucionar
tus problemas con calma, pues a la luz de la luna obtendrás respuesta divina,
el silencio te conecta con esa fuerza universal que dio origen a todo, somos
una aguja en pajar en este universo y si hacemos la analogía con nuestra vida,
nos daremos cuenta que no viviremos lo suficiente para aprender y hacer todo lo
que deseamos, pero todo cambia, cuando en las enaguas internas de nuestro ser
una voz te calcinante te dice "si vives bien solo bastara con esta
vida" y entonces entenderemos la grandiosa oportunidad y abrazaremos la
crisis para hacernos más fuertes y vivir a fuego cada segundo porque sabremos
que cada que pasa el tiempo estaremos aprovechando o desaprovechando esta
maravilla llamada vida.
Vive el momento feliz como si fuera el último día, un
minuto que pasa no puedes regresar, valora la vida valora tu familia, valora
cada segundo, es tiempo de reflexionar, pero antes saca un tiempo para Dios, es
quien nos da la fuerza para salir adelante y miraras las asombrosas y
vislumbrantes adalidades que hay en el mundo, pues hasta un grano de arena te parecerá
un milagro y no es retrograda observar las ambivalencias de la vida pues aunque
todos creamos en distintas maneras de creación, hoy aprenderemos que no importa
el cómo sino el porqué, ya que fuimos creados para algo superior, un fin
colectivo que ha hecho progresar a la humanidad pero que también la ha
destruido y es momento de darle un trayecto a nuestro propósito que encontraras
escuchando a tu corazón, para que al final te des cuenta que no vale la pena
pedir dinero sino pedir realizar los anhelos que hay en ti, y en que dar te producirá
más alegrías que incluso recibir, por eso no basta con reflexionar sino con
ayudar y tal vez con los actos de generosidad se diluyan las nubes que nos
suprimen la bondad, de seguro cuando llegue ese cambio el mundo se salvara.
Juan felipe Castañeda
Diana Hernandez
Juan felipe Castañeda
Diana Hernandez
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